domingo, 4 de agosto de 2019

Alegría



Para quienes luchan, perseveran y se esfuerzan, la alegría es múltiple cuando llega la materialización. El contraste causa alegría, pues conociendo el pasado de tinieblas, gozarán en la luz de la fructificación y poseerán la alegría del compañerismo experimentado y probado; los años habrán demos­trado quiénes son los asociados elegidos, y en la comunidad del sufrimiento se fortalecerá el vínculo; la alegría de la paz después de la victoria será suya; para el cansado guerrero los frutos de la realización y el descanso son doblemente dulces; obtendrán la alegría de participar en el plan de los Maestros, y será correcto todo aquello que los asocie a Ellos más estrecha­mente; la alegría de haber ayudado a consolar a un mundo necesitado, de haber llevado luz a las almas ensombrecidas, de haber curado en alguna medida las Hagas del sufrimiento del mundo, les pertenecerá, y tener concien­cia de haber empleado bien los días y recibir la gratitud de las almas salvadas, trae la mayor de todas las alegrías ‑ la que experimenta un Maestro cuando sabe que ha contribuido a elevar a un hermano un poco más en la escala de evolución. Esta alegría les aguarda a ustedes, y no está muy lejana. De manera que, no trabajen para la alegría, sino hacia ella; no por la recompensa, sino por la necesidad interna de ayudar; no por la gratitud, sino por el impulso que sobreviene al percibir la visión y comprender la parte que les corresponde desempeñar para traer esa visión a la tierra.

Ayudará mucho saber diferenciar entre la felicidad, la alegría y la biena­venturanza:

Primero, la felicidad tiene su asiento en las emociones y es una reacción de la personalidad.

Segundo, la alegría es una cualidad del alma, sentida mentalmente cuando se efectúa el alineamiento.

Tercero, la beatitud es la naturaleza del espíritu, sobre lo cual es inútil hacer conjeturas, hasta que el alma se de cuenta de su unicidad con el Padre. Esta comprensión viene después de una etapa anterior, en la que el yo personal se unifica con el alma. Por lo tanto, la especulación y el análisis, respecto a la naturaleza de la beatitud, no son de ningún beneficio para el hombre común, cuyas metáforas y terminología tienen por fuerza que ser personales y están relacionadas con el mundo de los sentidos. ¿El aspirante se refiere a su felicidad o a su alegría? Si es a esta última, debe ser efecto de la conciencia y solidaridad grupales, de la unicidad con todos los seres y, después de todo, no puede ser interpretado en términos de felicidad. La felicidad llega cuando la personalidad cumple con esas condiciones que satisfacen una u otra parte de su naturaleza inferior; cuando se experimenta una sensación de bienestar físico, contentamiento con su propio medio ambiente, con las personas que lo rodean o con las oportu­nidades y contactos mentales. La felicidad constituye la meta del yo separado.

Sin embargo, cuando tratamos de vivir como almas, no tenemos en cuenta la satisfacción del hombre inferior, sentimos alegría en nuestras relaciones grupales y en esas condiciones que conducen a una mejor expresión de las almas de aquellos con quienes nos ponemos en contacto. El hecho de aportar alegría a otros, a fin de producir condiciones mediante las cuales puedan expresarse mejor, podrá tener un efecto físico cuando tratamos de mejorar sus condiciones materiales, o un efecto emocional cuando nuestra presencia les trae paz ylos eleva, o un resultado intelectual cuando los estimulamos a pensar clara y comprensivamente. Pero en nosotros su efecto es de alegría por haber sido altruista y desinteresada nuestra acción y no depende de las circunstancias o estado social del aspirante. Se renuncia forzosamente a gran parte de la felicidad cuando la salud es mala, el medio ambiente difícil y el "karma acumulado durante muchas vidas" agobia, o cuando las dificultades de la familia, nación o raza, pesan sobre la personalidad sensible. No debe confundirse la alegría con la felicidad de la juventud o la satisfacción auto­centrada de la persona egoísta o insensible, que se oculta detrás de sus deseos.

Parece una trivialidad y una paradoja ocultista decir que en medio de una profunda aflicción y desgracia de la personalidad, se puede conocer y sentir la alegría del alma. Sin embargo es así, y tal debe ser la meta del estudiante. (4‑268/70)

De: Reflexionen sobre esto - Alice A. Bailey




sábado, 13 de julio de 2019

Estanzas


ESTANZA I

El Secreto del Fuego se halla oculto en la segunda letra de la Palabra Sagrada. El misterio de la vida se halla oculto en el corazón. Cuando vibra el punto inferior, cuando el sagrado triángulo resplandece, cuando el punto, el centro medio y el ápice se unen y circula el Fuego, cuando arde el triple ápice, entonces los dos triángulos -el mayor y el menor- se fusionan en una sola llama, que todo lo consume.

ESTANZA II


 “AUM” dijo el Poderoso Uno, y pronunció la Palabra. Las sép­tuples olas de la materia se disolvieron y aparecieron variedad de formas. Cada una ocupó su lugar en su esfera designada. Espe­raron que entrara la sagrada corriente y las colmara.

Los Constructores respondieron al sagrado sonido. En colabo­ración musical se abocaron al trabajo. Construyeron en muchas esferas, comenzando por la tercera. En este plano se inició su trabajo. Construyeron la envoltura átmica y la enhebraron a su Primario.

“AUM” dijo el Poderoso Uno. “Que prosiga el trabajo. Que los constructores del aire continúen con el plan.”

El Señor de los Devas y los Constructores del plano del aire trabajaron con las formas dentro de esa esfera que ciertamente les pertenece. Intentaban establecer la unión en su grupo asignado. Sus manos producían rápidamente los moldes.

El sagrado plano de conjunción, el cuarto gran plano, se con­virtió en la esfera, dentro del círculo mayor, que señalaba la meta para el hombre.

“AUM” dijo el Poderoso Uno, exhalando hacia el quinto, el plano de la tierra ardiente, el lugar de encuentro del fuego. En­tonces se escuchó una nota cósmica debajo del sonido del sistema. El fuego interno y el fuego externo se encontraron con el fuego ascendente. Los guardianes del fuego cósmico y los devas del calor fohático vigilaron las formas que permanecían amorfas, esperando un punto en el tiempo.

Los constructores de menor grado, devas que trabajaban con la materia, moldearon las formas. Éstas se dividieron en cuatro grupos. Permanecieron en absoluto silencio en los triples niveles. Vibraron, respondieron a la tónica, sin embargo, permanecieron estériles y yermas.

“AUM” dijo el Poderoso Uno, “que afluyan también las aguas”. Los constructores de la esfera acuosa, que habitan en la humedad, produjeron las formas que se mueven en el reino de Varuna. Cre­cieron y se multiplicaron. Oscilaban en constante flujo. Cada re­flujo en el movimiento cósmico aumentaba el interminable fluir. Se observaban las ondulaciones de las formas.


“AUM” dijo el Poderoso Uno, “que los Constructores se ocupen de la materia”. Lo que estaba en estado líquido se solidificó. Se construyeron las formas sólidas. La corteza se enfrió. Las rocas se endurecieron. Los constructores crearon la confusión para pro­ducir las diversas formas de maya. Cuando se completaron los estratos rocosos, el trabajo terminó. Los constructores de grado inferior anunciaron que el trabajo había llegado a su fin.

Del estrato rocoso surgió el otro estrato. Los constructores del segundo acordaron que ya estaba realizado el trabajo. El primero y el segundo, en el camino ascendente, permanecieron en forma cuádruple. Aquellos cuya vista era penetrante percibieron parcial­mente a los cinco internos.

“AUM” dijo el Poderoso Uno, y contuvo Su Aliento. La chispa que existía en los habitantes del tercero dio impulso a un mayor crecimiento. Los constructores de las formas inferiores manipula­ron el maya más denso, fusionaron su producto con las formas construidas por los seres acuosos. La materia y el agua fusionadas produjeron, a su debido tiempo, el tercero. Así continuó la ascen­sión. Los constructores trabajaron unidos. Llamaron a los guar­dianes de la zona ígnea. La materia y el agua se mezclaron con el fuego, y conjuntamente con la chispa interna, dentro de la forma, se fusionaron.

El Poderoso Uno miró hacia abajo. Aprobó las formas. Surgió la demanda por mayor luz. Nuevamente recogió el sonido. Elevó hacia niveles superiores la tenue chispa de luz. Se escuchó otro tono, el sonido del fuego cósmico, oculto en los Hijos de Manas, quienes se dirigieron a sus Primarios. Los cuatro inferiores, los tres superiores y los cinco cósmicos se reunieron en la gran inhalación. Se formó una nueva envoltura.

De: Tratado sobre el Fuego Cósmico, Alice A. Bailey, pág- 10, 13, Ed. Kier




domingo, 7 de julio de 2019

VENTAJAS DE LA CERA DE SOJA



Las velas de cera de soja son 100% naturales y 100% ecológicas.

Es un producto sostenible ya que es un derivado de una planta, fuente ilimitada, renovable y biodegradable. 

Consumirla y divulgarla promueve la agricultura.

No contienen grasa animal lo que las hace aptas para veganos.

Su combustión no constituye ningún riesgo porque son 100% naturales y no son tóxicas.

No aumenta los niveles de dióxido de carbono en el ambiente al calentarse.

No producen residuos ni hollín.

No alcanzan temperaturas tan altas (su punto de fusión está entre 40ºC y 45ºC) por lo que el riesgo de quemaduras se ve muy limitado.

Las mechas son 100% naturales, realizadas de filamentos de algodón puro. No producen humo tóxico. No contienen partículas de plomo.

La cera de soja tiene un punto de fusión bajo por lo que se quema completamente y deja el recipiente limpio. La vela se aprovecha íntegramente, no hay desperdicio.
Se combustiona lentamente haciendo que las velas duren de 2 a 3 veces más tiempo que las de parafina. Más rentables y mayor luminosidad.

Es soluble en agua. Facilidad de limpieza sobre superficies y tejidos.

Las velas de soja perfuman delicadamente el ambiente incluso sin encenderlas, porque al tener un punto de fusión más bajo conservan mejor el aroma y lo liberan más suavemente y con más estabilidad. 

Tienen una textura suave, “cremosa”,  dándole a la vela un acabado muy suave y agradable a la vista. Al derretirse la cera se transforma en un aceite vegetal.
Al ser 100% natural y no ser un derivado del petróleo no afectará ni cambiará el color de paredes y muebles.

De: https://www.estadopuro.com.ar/ventajas-de-la-cera-de-soja/


lunes, 1 de julio de 2019

Convocatoria



Convocatoria a todos los Leonlandeses esparcidos por la faz de la tierra, a nuestros amigos y hermanos Mutantes (Estado Galvense de Mutantia) y Animalistas (Principado de Animalia):

Comenzamos a compilar traz.·. - pl.·. - escritos - artículos - papers - para nuestro Anuario Leonlandés "Lynx Azul". Como bien sabemos, nuestro anuario es abierto a todas las formas de espiritualidad que se condigan con la luz, el amor, el bien común, la buena voluntad y rechazamos contundentemente todas las formas de goesia. 

Los envíos deben realizarse a mi casilla de correos: 

ottofoxtalbot@gmail.com

Sin más y a la espera de vuestras colaboraciones imbuidas de C.·. J.·. T.·., les saluda con un muy cordial T.·. A.·. F.·. 

S.·. F.·. U.·.

Ing. Otto Fox Talbot
Maestro de Prensa 
Fraternidad Leonlandesa "León de Asgard"
Estado Libre, Soberano e independiente de Leonlandia del Sur



domingo, 19 de mayo de 2019

Schwert wieder in Nordhausen


Volker Vogt präsentiert das Logenschwert aus dem Jahr 1842. Foto: Thomas Müller

Zum 300. Geburtstag der Freimaurerei (siehe Infokasten) macht sich die Nordhäuser Johannisloge „Zur gekrönten Unschuld“ selbst ein Geschenk. Die 24 Mitglieder haben ein altes Schwert erworben. Eines, das eine ganz besondere Geschichte birgt.

1840 weilte der Landesgroßmeister Graf Henckel von Donnersmarck in Nordhausen , Vorfahre des heute bekannten Regisseurs Florian („Das Leben der Anderen“). Aus Dankbarkeit schenkte er der hiesigen Loge ein üppig verziertes, wuchtiges Schwert. Darauf finden sich neben einer ausführlichen Widmung die Symbole der Freimaurerei – Maurer, Winkelmaß und Zirkel.

„Jetzt hatten wir die Chance, das Schwert wieder nach Nordhausen zu holen“, erzählt Volker Vogt , der der Nordhäuser Loge lange vorstand. Stolz präsentiert er das Meisterstück eines unbekannten Schmiedes.

Die Nordhäuser Loge ist nicht viel jünger als die Freimaurerei selbst. Sie entstand bereits 1790. Am 21. April dieses denkwürdigen Jahres – kurz nach der Französischen Revolution – trafen sich in einer winzigen Dachwohnung sieben junge Männer (der älteste war 37 Jahre alt) und gründeten eine Johannis-Freimaurerloge. Es waren der Magister jur. und Privatgelehrte Friedrich Ehrhardt , der Physikus und Landarzt in Ilfeld , Dr. Fahner , der Papierfabrikant Keferstein aus Illfeld, der Pastor Heinrich Plieth aus Salza sowie aus Nordhausen der Lehrer am Gymnasium Bohne, der Advokat Hüpeden und der Senator des Rates der Stadt, Legationsrat Seidler. Sie schlossen sich der „Großen Landesloge der Freimaurer von Deutschland – Freimaurer-Orden“ in Berlin an und gaben ihrer Loge den Namen „Zur gekrönten Unschuld“. Wie sie darauf kamen? Niemand weiß es mehr. Vielleicht ein Codewort.

Ihren Höhepunkt erlebte die Loge nach der Reichsgründung. Auf dem 1810 erworbenen Gelände in der Domstraße 20 entstanden repräsentative Gebäude. Fabrikanten, Lehrer, Juristen sammelten sich hier, um die Ideale der Aufklärung zu leben, Vernunft und Gewissen, Toleranz auszuprägen, wie Volker Vogt erklärt.

Auf dem Höhepunkt war die Nordhäuser Loge die Zentrale in Mitteldeutschland. 400 Menschen trafen sich hier. Auch der preußische Botschafter in Mexiko . Immer wieder führten Pfarrer von St. Blasii den politisch und konfessionell neutralen Männerbund.

Bis die Nationalsozialisten die Loge 1934 schlossen und von der SA stürmen ließen. 265 Mitglieder waren es da. Bei der Bombardierung blieben die Häuser intakt, Säle und andere Räume wurden zu Kino, Kindergarten, Schulhort, Theaterwerkstatt. Allein, die Nordhäuser nannten es weiter „Die Loge“.

Ein Kasseläner kam 1991 und gründete mit anderen die Loge neu. Seitdem ist wieder Leben in dem Objekt.


sábado, 18 de mayo de 2019

Aufklärung in geschlossener Gesellschaft

In dem Tempel der Freimaurer Loge „Zu den ehernen Säulen“ in Dresden liegt ein Schwert auf der Verfassung der Freimaurer. Die fünf Grundideale der Freimaurerei sind Freiheit, Gleichheit, Brüderlichkeit, Toleranz und Humanität. (picture alliance / dpa / Arno Burgi)
Die Freimaurer haben in ihrer Hochzeit im 18. Jahrhundert eine neue Form bürgerlicher Öffentlichkeit geschaffen. Sie vereinten Menschen über Standesgrenzen hinaus, diskutierten und verbreiteten Ideen der Aufklärung. Das gefiel natürlich nicht jedem.
„So hab‘ ich euch denn schon den Dank,
Den ich gedacht, erwiesen
Und euch mit Tönen rein und schlank
Als Würdige gepriesen.
Was bleibet übrig als der Schall,
Den wir so gerne hören,
Wenn überall, allüberall
Im Stillen wir uns vermehren.“
Wer sind die „Würdigen“, die Goethe in „Dank des Sängers“ preist? Es spricht manches dafür, dass hier die Freimaurer gemeint sind, zu denen auch Goethe zählte. Ihr Ziel: die Selbstvervollkommnung. Mit ihrer Hilfe wollen sie das menschlich Gute in der Welt befördern und zu diesem Zweck bilden sie Gemeinschaften, die sie Logen nennen.
Als ihr Gründungsdatum gilt der 24. Juni 1717. Damals schlossen sich in London vier Logen zur ersten Großloge von England zusammen. Obgleich sie sich vor allem als ethischen Bund verstanden, wollten sie doch eine Art minimalreligiösen Konsens aufstellen. In den sogenannten „Alten Pflichten“, der Konstitution der Großloge, die eine Gründungslegende mit den Regeln der Freimauerer verbindet, schrieb ihr Verfasser, der schottisch-presbyterianische Prediger James Anderson, unter dem Abschnitt „Von Gott und der Religion“:
„Der Maurer ist als Maurer verpflichtet, dem Sittengesetz zu gehorchen; und wenn er die Kunst recht versteht, wird er weder ein engstirniger Gottesleugner noch ein bindungsloser Freigeist sein. In alten Zeiten waren die Maurer in jedem Lande zwar verpflichtet, der Religion anzugehören, die in ihrem Lande oder Volke galt, heute jedoch hält man es für ratsamer, sie nur zu der Religion zu verpflichten, in der alle Menschen übereinstimmen, und jedem seine besonderen Überzeugungen selbst zu belassen.“

Religiöse Streitgespräche sind bei Freimaurern untersagt

Die religiöse Grundannahme fassten die Freimaurer in den Begriff des „Allmächtigen Baumeisters aller Welten“, einer Art weltordnenden Prinzips. Ansonsten ist die weltanschauliche Bindung der Freimaurer grundsätzlich Privatsache. Und es ist strikt untersagt, bei ihren Treffen religiöse Streitgespräche zu führen. Um sich ganz auf das Eigentliche zu konzentrieren: das Einüben und Praktizieren der Ideale: Freiheit, Gleichheit, Brüderlichkeit, Toleranz und Humanität.
Gotthold Ephraim Lessing war ein herausragender Vertreter der Aufklärung – und Freimaurer. (picture alliance / dpa / Bifab)

Ein Programm, das im Blick auf die nachreformatorischen Religionskriege und die unerbittlichen Streitigkeiten der christlichen Konfessionen entstanden ist. Es versteht sich als Alternative zu kirchlichem Absolutheitsanspruch und zu jeglichem anderen Anspruch auf abschließende Wahrheit. Der Freimaurer Lessing drückte diesen erkenntnistheoretischen Relativismus in seiner Schrift „Ernst und Falk – Gespräche über Freimaurer“ so aus:
„Wenn Gott in seiner Rechten alle Wahrheit und in seiner Linken den einzig immer regen Trieb nach Wahrheit, obschon mit dem Zusatz, mich immer und ewig zu irren, verschlossen hielte und spräche zu mir: „Wähle“, ich fiele ihm mit Demut in seine Linke und sagte: ‚Vater, gib! Die reine Wahrheit ist ja doch nur für Dich alleine!‘“
An die Stelle einer absoluten Wahrheit setzten die Freimaurer das Pathos des Menschlichen, durch das alle trennenden kulturellen, sozialen und religiösen Bindungen überwunden werden sollen. Es war das Pathos der Aufklärung, das viele anzog: Dichter und Musiker, Geistliche, Wissenschaftler und Politiker.

Freimaurer verstehen sich als Anwälte von Freiheit und Toleranz

In der ersten Hälfte des 18. Jahrhunderts entstanden in ganz Europa, auch in der Türkei und auf dem Gebiet der späteren USA Freimaurerlogen. Die erste deutsche 1737 in Hamburg. In Frankreich gehörten neben dem Aufklärer Voltaire die führenden Köpfe der französischen Revolution, Danton und Robespierre, dazu. Der Slogan der Revolution „Freiheit, Gleichheit, Brüderlichkeit“ entsprach den Idealen der Freimaurer. Und Freimaurer wie La Fayette und George Washington waren es auch, die bei der Gründung der USA eine entscheidende Rolle spielten. Sie alle verstanden sich als Anwälte von Freiheit und Toleranz. In diesem Sinne waren für sie alle Religionen zweitrangig, wie ihr folgendes Diktum zum Ausdruck bringt:
„Wir Freimaurer der Tradition gestatten uns das Wort eines berühmten Staatsmannes zu verdeutlichen und zu akzentuieren, indem wir es den Umständen angleichen: Katholiken, Orthodoxe, Protestanten, Muselmanen, Hinduisten, Buddhisten, Freidenker und gläubige Denker sind bei uns nur Vornamen. Unser Familienname ist Freimaurerei.“
Für sich selbst haben die Freimaurer eigene Rituale entwickelt. Sie beziehen sich dabei auf die mittelalterlichen Bauhütten der Kathedralbaumeister. Im Bild des rauen Steins, der bearbeitet werden muss, bis er geeignet ist für den zu errichtenden Tempel der Humanität, schreiten sie vom Lehrling über den Gesellengrad zum Meister fort. Die Erlangung dieser Grade wird von Zeremonien begleitet, in denen sich Symbolhandlungen mit Elementen alter Mysterienreligionen verbinden.
Auch Johann Wolfgang von Goethe zählte zu den Freimaurern. (dpa / picture alliance / Uwe Zucchi)
Bei ihren Versammlungen tragen die Freimaurer schwarze Anzüge und weiße Hemden als Ausdruck ihrer Gleichheit, die alle Standes- und sonstigen Unterschiede aufhebt. Wie die alten Baumeister, die dies zum Schutz ihrer Berufsgeheimnisse taten, sind sie zur Geheimhaltung ihrer Riten und Versammlungen verpflichtet. Das hat zu mancherlei Verdächtigung und auch zu Verboten und Verfolgungen geführt. Im 20. Jahrhundert vor allem in der Sowjetunion und im nationalsozialistischen Deutschland.
Die Freimaurer haben die Bedrängnisse der Verfolgung überlebt, aber ihre große Zeit scheint dennoch vorbei. Dabei bleiben ihre Ideale bis heute aktuell – und faszinierend. Nicht nur Goethe fühlte sich von ihnen angesprochen, der ihnen in seinem Gedicht „Symbolum“ dichterisch Ausdruck verlieh. Es heißt dort:
„Doch rufen von drüben
Die Stimmen der Geister,
Die Stimmen der Meister:
Versäumt nicht zu üben,
Die Kräfte des Guten!“

martes, 2 de abril de 2019

Religiones


Por Teresita Thompson

Los períodos históricos tienen fases religiosas y otras más ateas; sin embargo que sean ateas, no significa que no sean espirituales: en los momentos de preponderancia de la voluntad humanística se buscaba denodadamente un ordenamiento del universo desde la perspectiva del hombre, de esta manera, el pensamiento (convertido en filosofías, se abrió y produjo otras ciencias que evolucionaron por sí mismas en humanísticas) a una cimentación de la teoría arquitectónica en la geometría. Pero ya no en una geometría de (ignotas) proporciones divinas, sino más humana, más llena de escalas humanas. Por todo esto, hasta la construcción de las iglesias se llenaron de antropocentrismo y las monumentales estructuras de antaño, se redujeron y fueron perdiendo fuerza simbólica y ganaron en sencillez. Al mismo tiempo,  la proliferación de nuevas religiones, hizo que el centralismo religioso que dominó durante siglos, se convirtiera en un arco iris de cristianismos diversos y a su vez, esas religiones tan lejanas como el budismo, hinduismo, shintoísmo, islamismo y prácticas como el yoga o las artes marciales, se fortalecieran  en países que siempre habían sido puramente cristianos.

Este crisol religioso es mal visto por los fanáticos y fundamentalistas de cualquier credo, quienes aseguran que la propia creencia es la verdadera y única, la revelada por Dios y las demás son solo productos de los demonios. En la puja por ser el más cercano a la divinidad, el insulto parece ser un recurso muy válido.

Volviendo al tema de la arquitectura, si esta pudo convertirse a la sencillez, perdiendo el grado simbólico visible en las iglesias, significa que todo símbolo ya no debe buscarse desde el exterior hacia el interior, pues esa es una etapa superada, por lo que directamente, el buscador de la luz, debe adentrarse en sí mismo, investigando lo que piensa, hace, medita, estudia, responde, guarda y atesora. Si lo que encuentra es una brillante joya podrá compartirla con su comunidad, ese crisol de religiones y credos donde la verdad trascendente está presente y pasa desapercibida cuando se busca separatividad en vez de unión, descalificación en vez de comprensión y aceptación de la unidad en la multiplicidad espiritual. 

Los leonlandeses, somos respetuosos de todas las alteridades religiosas y de por sí, no practicamos ninguna religión como Estado. Luego, cada leonlandés, tiene la libertad de asistir a la iglesia que le sea más afín. Hay una gran mayoría anglicana, hay rosacruces y hay protestantes de diferentes líneas. Todos son conscientes de la paz que siente el espíritu cuando en las reuniones cada uno toma su lugar y oramos y meditamos en conjunto por la paz, el amor y la luz para el mundo. 



Cumpliendo las promesas de campaña


Por Clarisa Montserrat de Cappella

Cuando fueron las Elecciones Leonlandesas el año pasado, una de las listas presentó una propuesta ecológica innovadora que fue muy bien vista por todos los leonlandeses. Al realizar nuestras reuniones de Plenilunio y tenidas, utilizábamos antes velas de parafina; la novedad fue que se propuso que utilizáramos velas de cera de abeja.

La propuesta se fundamentaba en que las velas de cera de abeja son más ecológicas, ya que no se está utilizando derivados del petróleo para su elaboración. existen también velas de baja calidad que están elaboradas de cebo, es decir, de grasa animal; este tipo de velas, jamás las hemos usado, ya que no son espiritualmente aptas para los propósitos de atraer luz y amor al medio ambiente. 

A partir de esta propuesta, en la Fraternidad "León de Asgard", comenzamos a utilizar en nuestros rituales las velas de cera de abeja. Son muy agradables, no producen humos y dan al ambiente un dulzor muy grato y relajante. 



Las abejas, excelentes trabajadoras, nos dan su producción a cambio de protección del sistema ecológico y esta es una tarea sencilla, agradable y noble, ya que la vida de ellas depende de nuestras acciones, por eso, millones de abejas han muerto en todo el mundo a causa de la contaminación ambiental; sea del aire, suelo o agua, la tala de bosques, el desmonte, el uso de agroquímicos en los campos, etc. Cuando se ama a todas las especies existentes, erradicar las malas costumbres contaminantes no es una trabajo pesado, es algo que se disfruta porque se está actuando por el bienestar y la salud de millones de seres vivos. 

Los nigromantes, los ultra-capitalistas, los holgazanes y los sucios, contaminan el ambiente con malos pensamientos, malas acciones, malas reacciones, descuidos y olvidos intencionales y cuando ven muerte y destrucción son felices.  Nosotros los leonlandeses, repudiamos enérgicamente a estos seres y sus actos de vandalismo contra las buenas costumbres, el amor, la luz y el cuidado de toda alteridad, sea ya un dios o una pequeña abeja. 



sábado, 23 de marzo de 2019

Der Compass der Weisen


Adam Michael Birkholz, Der Compass der Weisen / von Ketmia Vere, 
bey Friedrich Maurer, 1782

La brújula de los sabios, entre los polos magnéticos del opus, simbolizados aquí por los dos pilares masónicos del templo de Salomón.

Joachim, principio masculino, fuego superior (Aesch) y el aire inferior; Boaz, principio femenino, agua superior (Mayim) y la tierra inferior.

Juntos engendran el lapis que integra la energía superior (los planetas) y la inferior.

Los materiales que componen el opus son: Tártaro, Azufre, Amoníaco, Vitriolo, Notrato, Alumbre y en el centro, el antimonio, elemento básico del que se dice que es el mayor veneno y el remedio más eficaz. Su emblema es el globo imperial.

De la revista "Excelsior" - Supremo Consejo del Grado 33º de la Masonería Argentina del R.·. E.·. A.·. y A.·.

jueves, 14 de marzo de 2019

Los sinsabores del alma que busca



Por Max Heindel

Lo mismo que el ejercicio es necesario para el desarrollo del músculo físico, así el desarrollo de la naturaleza moral se obtiene por medio de la tentación. El alma queda en libertad para escoger a su antojo, porque aprende tanto por sus equivocaciones como por sus aciertos y quizá aun más. Por esta razón, en el mito de Job, se le permite al diablo servirse de la tentación y en el mito de Fausto hace esta petición:

“Señor. ¿Apuestas algo
a que tu siervo te vende,
si llevarlo por mis sendas
me dejas?”.
Y el Señor le contesta:
“Pues bien, te entrego mi siervo.
De la originaria fuente
desvía el alma piadosa,
y el cauce, si sabes, tuerce.
Quedarás abochornado
viendo que un ser pobre y débil
el camino recto encuentra
entre tantas lobregueces.
Ancho campo te concedo;
nunca odié a los de tu especie,
entre todos los que niegan
genios a mi ley rebeldes,
pobre bufón malicioso,
el menos dañino tú eres.
El hombre, a menudo, en brazos
del reposo desfallece.
y es bueno que a cada instante
le anime, aguijonee y despierte
un compañero de viaje,
aunque el mismo Diablo fuere.
(A los arcángeles.)
La que brilla inmortal santa hermosura
gozad, hijos de Dios, en mi regazo,
la substancia, que vive eterna y pura,
de amor os ligue con el tierno lazo,
y a la incierta apariencia del momento
forma dé vuestro fijo pensamiento”.

Así la conspiración está tramada y Fausto está a punto de quedar enmarañado en los cepos que se encuentran en el camino de todas las almas investigadoras. Las siguientes líneas demuestran el propósito beneficioso y la necesidad de la tentación. El espíritu es parte integrante de Dios: primordialmente “inocente”, pero no virtuoso. La virtud es una cualidad positiva desarrollada por una postura firme adoptada a favor de lo justo durante la tentación, o por el sufrimiento soportado pacientemente como consecuencia de malas acciones. Así el prólogo en el cielo da al mito de Fausto su más alto valor como un guía,  su estímulo al alma que busca. Demuestra el propósito eterno detrás de las condiciones terrestres que causan dolor y pesares.

Después Goethe nos presenta a Fausto mismo sentado en su cuarto de estudio, y ocupado en introspección y retrospección:

“Física. Metafísica. Derecho,
Medicina después, y Teología
También, ¡ay. Dios! por mi desgracia, todo,
todo lo escudriñé con ansia viva,
y hoy, ¡ pobre loco de infeliz mollera!
¿qué es lo que sé? Lo mismo que sabia.
¡Sólo pude aprender que no sé nada,
y el alma en la contienda está rendida!
Bachiller o doctor, seglar o preste,
nadie su ciencia iguala con la mía;
ni escrúpulo ni duda me atormentan:
ni demonio ni infierno me intimidan;
y así. De sombras y de espantos libre,
huyó todo el encanto de mi vida.
Al hombre inútil; para el bien estéril,
nada puedo enseñar que de algo sirva,
y sin caudal, ni crédito, ni honores,
vida arrastro que un can despreciaría.
Doyme a la Magia. Pues. ¡OH, si pudiera
el vigor del Espíritu, que anima
al Verbo humano, la secreta clave
revelarme de todos los enigmas!
No con pálido afán sudara sangre
para hacer comprender lo que mi misma
razón no comprendió y en las entrañas
penetrando del mundo, encontraría,
del eterno Poder vivificante,
allí dentro, las fuentes escondidas,
y no hiciera, en insulsas peroratas,
tráfago insustancial de charla ambigua.”

Toda, una vida de estudio no ha podido procurar a Fausto ningún verdadero saber.
Las fuentes convencionales de sabiduría resultan ser estériles finalmente. El hombre de ciencia puede creer que Dios es algo superfluo: puede figurarse que la vida consiste en acción y reacción química, es decir, al principio de su estudio. Pero cuanto más sondee la materia, tanto mayores se le presentarán los misterios en su camino, y por fin se verá forzado a renunciar a investigaciones ulteriores o a creer en Dios como un Espíritu cuya
vida penetra cada átomo de materia. Fausto ha llegado a este punto. Dice que no ha  obrado por oro “ni por tesoros, ni honor mundano, ni rango ni placer”. El ha luchado por amor en la investigación y ha llegado al punto donde ve que un mundo de espíritu nos rodea a todos; y por medio de este mundo, por la magia, aspira ahora a un conocimiento superior y más real que aquel contenido en libros.

Un tomo, escrito por el famoso Nostradamus está en su mano, y abriéndolo apercibe el signo del macrocosmos. El poder contenido en él abre a su percepción una parte del mundo que está buscando, y en un éxtasis de alegría exclama:

“¡Cuán sabrosa fruición, ante esa imagen,
mi ser inunda y mi sentido animal !
Por mis arterias y mis nervios corre
el santo hervor de renaciente vida.
¿Fue un dios acaso quien trazó ese signo,
que el hondo afán del corazón mitiga,
al Espíritu presta nuevas alas
y a la Naturaleza el velo quita?
¿Un dios yo mismo soy? Todo a mis ojos
aparece distinto: en esas líneas
vi a la Naturaleza productora,
que al alma está patente y sometida.
El sabio dijo bien — hoy lo comprendo:
Barrera impenetrable no limita
el mundo del Espíritu: ¿está muerto
tu pobre corazón, tu alma rendida?
Alzate, pues, y tu terrena frente
baila en el rosicler del nuevo día.”

Pero otra vez el péndulo oscila hacia atrás. Al igual que si intentásemos mirar directamente la luz brillante del sol daría como resultado la destrucción de la retina del ojo, así la tentativa audaz de penetrar lo Infinito resulta un fracaso y el alma anhelante cae desde el éxtasis de alegría en la oscuridad de la desesperación:

“¿Bella visión, pero visión al cabo!
¡Cómo asir y estrechar a la infinita
Naturaleza, y exprimir sus pechos!
Manantial ellos son de toda vida.
de ellos penden los cielos y la tierra;
su fecundo raudal todo lo anima,
y en vano pide mi sediento labio
una gota, no más, de esa ambrosía.”

Primero tenemos que comprender lo inferior antes de que podamos aspirar con éxito a conocimientos superiores. Disparatar y delirar del más allá, de cuerpos más sutiles, cuando tenemos un entendimiento muy limitado de los vehículos en los cuales actuamos todos los días y de la atmósfera en la cual nos movemos, es el colmo de la locura. “Hombre, conócete a ti mismo” es una enseñanza sana. El único modo seguro está en subir la escalera peldaño por peldaño, y nunca dar un nuevo paso antes de estar bien asegurados en el terreno que pisamos. Muchas almas habrán experimentado por sí mismas la desesperación expresada en las palabras de Fausto.

Tontamente había empezado en el escalón más alto, y había sufrido el consiguiente
desengaño: pero todavía no entiende que debe empezar desde la base y por esto emite una evocación al Espíritu de la Tierra en esta forma:

“¡Cuánto es diversa, Genio de la Tierra,
tu acción! Estás más cerca, y a tu vista
crecen mis bríos, cual si rojo mosto
inundara mi ser; con frente erguida.
quiero lanzarme al mundo; afrontar quiero
sus infortunios, afrontar sus dichas;
provocar la tormenta, y sin espanto
ver la nave a mis pies rota y hundida.
Pero, nublóse el cielo,
la luna en él se eclipsa,
mi lámpara se apaga,
y ráfagas rojizas
descienden y circundan
mi sien descolorida.
Vertiginoso anhelo
dentro de mí palpita
y siento que el Espíritu
siniestro se aproxima.
¡Rasga el velo! ¡Aparece!
¡Cuál sufre el alma mía!
Por abrir nuevo cauce
mis sentimientos lidian,
y hacia ti, fatal Genio,
todos se precipitan.
¡Preséntate, aunque fuere
el precio de mi vida!.

Como hemos dicho en el Concepto Rosacruz del Cosmos y como hemos explicado
además en la Filosofía Rosacruz respecto a una pregunta que se refiere al ritual en latín en la Iglesia Católica, un nombre es un sonido. Propiamente pronunciado, no importa por quien, tiene una influencia dominadora sobre la inteligencia que representa, y la palabra dada en cada grado de Iniciación facilita al hombre la llave para entrar en una esfera especial de vibración, poblada de ciertas clases de espíritus. Por consiguiente, como un diapasón responde a una nota del mismo sonido, así cuando Fausto pronuncia el nombre del Espíritu de la Tierra, este nombre abre a su conciencia todo lo que penetra su presencia.

Se debe tener presente que la experiencia de Fausto no es un ejemplo aislado de lo que puede suceder bajo condiciones anormales. El es un símbolo del alma que busca. Todos nosotros somos Faustos en cierto modo, porque en algún estado de nuestra evolución encontraremos al Espíritu de la Tierra y nos daremos cuenta del poder de Su nombre, propiamente pronunciado.

De: Misterios de las Grandes Óperas, Cap. II: “Los sinsabores del alma que busca”, Ed. Kier, págs. 8 a 12