sábado, 13 de julio de 2019

Estanzas


ESTANZA I

El Secreto del Fuego se halla oculto en la segunda letra de la Palabra Sagrada. El misterio de la vida se halla oculto en el corazón. Cuando vibra el punto inferior, cuando el sagrado triángulo resplandece, cuando el punto, el centro medio y el ápice se unen y circula el Fuego, cuando arde el triple ápice, entonces los dos triángulos -el mayor y el menor- se fusionan en una sola llama, que todo lo consume.

ESTANZA II


 “AUM” dijo el Poderoso Uno, y pronunció la Palabra. Las sép­tuples olas de la materia se disolvieron y aparecieron variedad de formas. Cada una ocupó su lugar en su esfera designada. Espe­raron que entrara la sagrada corriente y las colmara.

Los Constructores respondieron al sagrado sonido. En colabo­ración musical se abocaron al trabajo. Construyeron en muchas esferas, comenzando por la tercera. En este plano se inició su trabajo. Construyeron la envoltura átmica y la enhebraron a su Primario.

“AUM” dijo el Poderoso Uno. “Que prosiga el trabajo. Que los constructores del aire continúen con el plan.”

El Señor de los Devas y los Constructores del plano del aire trabajaron con las formas dentro de esa esfera que ciertamente les pertenece. Intentaban establecer la unión en su grupo asignado. Sus manos producían rápidamente los moldes.

El sagrado plano de conjunción, el cuarto gran plano, se con­virtió en la esfera, dentro del círculo mayor, que señalaba la meta para el hombre.

“AUM” dijo el Poderoso Uno, exhalando hacia el quinto, el plano de la tierra ardiente, el lugar de encuentro del fuego. En­tonces se escuchó una nota cósmica debajo del sonido del sistema. El fuego interno y el fuego externo se encontraron con el fuego ascendente. Los guardianes del fuego cósmico y los devas del calor fohático vigilaron las formas que permanecían amorfas, esperando un punto en el tiempo.

Los constructores de menor grado, devas que trabajaban con la materia, moldearon las formas. Éstas se dividieron en cuatro grupos. Permanecieron en absoluto silencio en los triples niveles. Vibraron, respondieron a la tónica, sin embargo, permanecieron estériles y yermas.

“AUM” dijo el Poderoso Uno, “que afluyan también las aguas”. Los constructores de la esfera acuosa, que habitan en la humedad, produjeron las formas que se mueven en el reino de Varuna. Cre­cieron y se multiplicaron. Oscilaban en constante flujo. Cada re­flujo en el movimiento cósmico aumentaba el interminable fluir. Se observaban las ondulaciones de las formas.


“AUM” dijo el Poderoso Uno, “que los Constructores se ocupen de la materia”. Lo que estaba en estado líquido se solidificó. Se construyeron las formas sólidas. La corteza se enfrió. Las rocas se endurecieron. Los constructores crearon la confusión para pro­ducir las diversas formas de maya. Cuando se completaron los estratos rocosos, el trabajo terminó. Los constructores de grado inferior anunciaron que el trabajo había llegado a su fin.

Del estrato rocoso surgió el otro estrato. Los constructores del segundo acordaron que ya estaba realizado el trabajo. El primero y el segundo, en el camino ascendente, permanecieron en forma cuádruple. Aquellos cuya vista era penetrante percibieron parcial­mente a los cinco internos.

“AUM” dijo el Poderoso Uno, y contuvo Su Aliento. La chispa que existía en los habitantes del tercero dio impulso a un mayor crecimiento. Los constructores de las formas inferiores manipula­ron el maya más denso, fusionaron su producto con las formas construidas por los seres acuosos. La materia y el agua fusionadas produjeron, a su debido tiempo, el tercero. Así continuó la ascen­sión. Los constructores trabajaron unidos. Llamaron a los guar­dianes de la zona ígnea. La materia y el agua se mezclaron con el fuego, y conjuntamente con la chispa interna, dentro de la forma, se fusionaron.

El Poderoso Uno miró hacia abajo. Aprobó las formas. Surgió la demanda por mayor luz. Nuevamente recogió el sonido. Elevó hacia niveles superiores la tenue chispa de luz. Se escuchó otro tono, el sonido del fuego cósmico, oculto en los Hijos de Manas, quienes se dirigieron a sus Primarios. Los cuatro inferiores, los tres superiores y los cinco cósmicos se reunieron en la gran inhalación. Se formó una nueva envoltura.

De: Tratado sobre el Fuego Cósmico, Alice A. Bailey, pág- 10, 13, Ed. Kier




No hay comentarios.:

Publicar un comentario