Por: Vicente
Beltrán Anglada
A medida que avanzamos en nuestras
investigaciones sobre la magia organizada en el planeta, nos vamos dando
cuenta, cada vez más conscientemente, de que no podemos separar la magia de
aquella gran afirmación platónica: "Dios geometriza".
Un axioma que no sé hasta qué punto ha
llegado a interesar la atención de los investigadores esotéricos, pues entraña
ante todo la gran afirmación de que la imaginación del mago no puede apoyarse
si no es sobre redes esotéricas y estas redes esotéricas vienen suministradas
por la geometría.
¿Hasta qué punto podrá penetrar esta gran
afirmación en nuestras conclusiones mentales? Sólo dependerá de la atención con
que se siga el dictado de los acontecimientos que tienen lugar en cualquier
zona del espacio y en cualquier momento del tiempo.
La última gran afirmación esotérica es que
el karma de un planeta depende fundamentalmente de la posición que ocupan las
estrellas con respecto a este planeta o a este astro. Los puntos brillantes en
el firmamento, los planetas y las estrellas, están constituyendo formas
geométricas definidas, pero es sólo la apariencia de una gran revelación que
tiene que ver con el Cosmos Absoluto.
Es decir, que las figuras geométricas que
están actualizándose en el espacio con respecto a un planeta es el karma de ese
planeta, y mágicamente no podemos olvidar esta gran afirmación geométrica de
que Dios apoya su gran imaginación en formas geométricas.
Todo nuestro Universo es molecular, y
dentro de cada una de las moléculas que constituyen el gran organismo solar se
están creando aquello que técnicamente definimos como “redes espaciales”. No
podemos separar, ni la voluntad, ni la imaginación del mago, de las formas
geométricas, se apoya en formas geométricas y al propio tiempo está creando
nuevas formas geométricas dentro de todas las redes espaciales que circundan
los planetas y las estrellas, y el hombre que es el microcosmos del gran
macrocosmos debe su karma precisamente a la situación geométrica que ocupa
desde el momento que nace hasta que desaparece del mundo físico, todo es
geometría.
Los devaas geometrizan y la voluntad de los
sabios cuando se apoyan en redes espaciales lo suficientemente elevadas,
aprenden a trabajar como lo hace el Gran Arquitecto del Universo, arquitecto
porque se apoya y constituye al mismo tiempo un centro de geometría, se apoya
en la geometría del espacio y crea en el espacio nuevas formas geométricas.
No sé hasta qué punto será comprendida esta
idea, si considerásemos en este momento que estamos creando una posición
geométrica los unos con respecto a otros y todos con respecto al ambiente que
nos circunda, tendríamos una idea de lo que existe en los espacios
intermoleculares, allí donde aparentemente no existe nada pero que existen 1
formas geométricas. No puede existir una interpenetración entre los planos,
entre los subplanos, entre las razas, los reinos y las especies, sin que
existan formas que están adquiriendo e invocando nuevas formas, de manera que
en el transcurso de las edades se ha constituido el Universo molecular con sus
7 planos y sus 49 subplanos.
¿Acaso la música vista clarividentemente no
es una forma geométrica? El día que tengamos clarividencia y podamos enfocar
toda nuestra percepción en el espacio absoluto, singularmente en una noche
estrellada, y contemplar las maravillosas perspectivas que surgen a medida que
se agranda el objetivo, surgen nuevas formas geométricas, las formas
geométricas que son aquellas líneas de luz tendidas entre los astros o aquellas
líneas de luz que están tendidas entre los seres humanos constituyendo
familias, constituyendo agrupaciones sociales y, sin embargo, todo se mueve
dentro de un espacio totalmente geométrico, y el mago no puede dejar de actualizar
geometría esotérica en todas sus ideaciones porque la imaginación se apoya como
decíamos anteriormente en la geometría.
Y está llegando el momento en que los
astrólogos y los geómetras tendrán que ir conjuntamente en busca de la verdad
del hombre, no buscando los temas natales a los cuales estamos tan aficionados,
sino tratando de ver las líneas de convergenciacósmica sobre nosotros y sobre
nuestro entorno, de manera que llegará el momento en que la incógnita de “quién
soy, de dónde procedo y adónde me dirijo”, quedará reflejada en el mapa de los
cielos, nos daremos cuanta exactamente que el karma de un hombre, el karma de
un Dios, obedecen a posiciones geométricas definidas, y que, naturalmente, a
medida que avanza la evolución surgen nuevas formas geométricas que se apoyan,
poliédricamente hablando, sobre las formas densas, y cada vez el soporte será
más sutil y, por lo tanto, será más sutil la actividad del mago utilizando
formas geométricas.
No podemos imaginar cualquier situación, no
podemos invocar los devas, sin tener un conocimiento exacto de lo que es el
espacio, y dentro del espacio, la multiplicidad infinita de redes espaciales,
apoyándose las unas encima de las otras, sin perderse jamás el objetivo final
de perfección que persigue el Dios del Universo o el Dios de cualquier tipo de
Universo, o la meta del ser humano enfundado todavía en las reliquias del
pasado.
Significa esto, que de la misma manera que
las redes espaciales van aumentando, progresando en movimiento constante,
porque así es la ley de la evolución, van quedando atrás las estructuras
poliédricas trascendidas y, entonces, el mago tendrá que ser muy hábil para no
confundir las formas geométricas del presente con las del pasado, y tener que
volver a empezar como tantos discípulos han tenido que hacer en el arte supremo
de la magia, de tener que volver a empezar con las redes espaciales
trascendidas, y esto lo hemos dicho en muchas ocasiones.
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