miércoles, 13 de febrero de 2019

Espiritualidad Leonlandesa II




Por Felicitas T. Cappella

Los leonlandeses tenemos determinados instrumentos y herramientas que utilizamos en nuestros rituales.

Los collares de las luminarias simbolizan las dualidades siempre presentes y cada leonlandés, según sea su género, portará uno u otro. La belleza y perfección de nuestros collares, radican en las aleaciones metálicas que contienen, haciendo de ellos no solo un adorno simbólico, sino un talismán cuyo poder espiritual taumatúrgico coadyuva en la transmutación de desórdenes en los vórtices energéticos del cuerpo etérico. 

Las espadas simbolizan la capacidad de cada leonlandes de superarse a sí mismo por medio de la búsqueda de la riqueza espiritual y el poder que otorga la luz del Centro donde la Voluntad de Dios es conocida. 

Cada leonlandés viste con orgullo y a la vez humildad el tahalí que sostiene su espada; y cada espada leonlandesa posee un nombre y ha sido ungida con aceite sacramental y bautizada  por nuestro/a Maestre. Los nombres electos no pueden ser de seres humanos o de espadas famosas, debe ser un nombre meditado, reflexionado y que se identifique con el propietario de la misma.  

La espiritualidad leonlandesa es estricta y acata las normativas hacia el bien común y el bien general de los leonlandeses; nuestra Fraternidad León de Asgard, fue creada como fuente de contención e inspiración de los más altos ideales que guían a nuestra manada hacia el Sol Central Espiritual, el Sol del León que se ha liberado de las ataduras terrestres y reina en los cielos.

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