Por The Intelektor Kat
Entre las miles de vulgaridades que se encuentran a cada paso en la web, una de las más llamativas es la fantasía conspiranoica. En cualquier parte se ven elementos que atentan contra el orden establecido o contra una determinada divinidad.
Ridículo al máximo, encontré, por esas casualidades de la vida y la búsqueda de otro material en internet, que las masitas Oreo son parte de un ataque mundial al paladar. What? Sí, parece ser que las masitas en cuestión están atravesadas por símbolos tan ocultos que son visibles pero que en verdad no implican nada en relación con el ocultismo, el temido esoterismo o las órdenes de caballeros medievales y otras tantas.
Desde el tripunteado hasta la cruz templaria, todo está en las masitas. ¡Y hay más! ¡Hasta osan tener tréboles de cuatro hojas! ¡Cuánta idiotez! Pregunto, ¿No sería más productivo comer las masitas con gusto a escrutarlas para encontrar lo que no existe?
Me río de tanta pavada, siento pena por las cerebros harto quemados y trato de no enojarme con tamaña ignorancia apelmazada.
Dejemos que las cosas fluyan, que la estupidez se aniquile por sí misma y mojemos las masitas en la taza de té con leche en compañía de nuestros nietos. Esto es un placer enorme para todos mis sentidos.